
ACCIONES TERRORISTAS REIVINDICADAS POR LOS
MOVIMIENTOS SUBVERSIVOS
SECUESTROS
Secuestro de Geoffrey Jackson |
En la oportunidad del hecho, 8 de enero
de 1971, los medios periodísticos dieron a conocer el secuestro de un
representante diplomático inglés. El rapto se produjo durante un año
electoral propio de un país con un sistema de gobierno democrático.
Los protagonistas, participantes y/o
autores brindan mayor información confirmando los registros
periodísticos de la época, entre ellas se señalan:
“Custodios
Pocas semanas después de instalarnos en nuestro nuevo hogar de Carrasco,
la Orga nos informó que habíamos sido designados como custodios de la
cárcel del pueblo… El movimiento intentó crear una justicia paralela a
la del Estado, la Justicia Revolucionaria, y como expresión de ese
objetivo se construyeron varias cárceles del pueblo donde se encerraban
a los secuestrados,…
… No recuerdo exactamente las dimensiones del sótano pero creo que debía
tener unos ocho metros por cuatro. Las tres cuartas partes del espacio
estaban ocupadas por las camas y utensillos de los guardias y en uno de
los extremos, contra la pared, se habían construido dos jaulas de hierro
y malla metálica, cada una no más de cuatro metros cuadrados, ubicadas
en forma de ele y rodeadas por cortinas… entre ambas quedaba el espacio
suficiente para un guardia sentado. En cada una de estas jaulas estaba
encerrado un hombre. Uno se llamaba Ricardo Ferrés y el otro Sir
Geoffrey Jakcson…
… No había ni excusado ni ducha, aquella gente debía hacer sus
necesidades en un tobo y asearse en una batea metálica… La luz del
espacio de guardia debía estar siempre encendida, incluso cuando los
prisioneros dormían… Una música permanente ocultaba los sonidos
exteriores.
… A esa alarma debíamos responder ipso facto apagando los extractores y
las luces, acostando a los prisioneros boca abajo en sus camastros con
las cabezas cubiertas por capuchas con orejeras, guardar total silencio
y empuñar las armas… aproveché una de las misteriosas visitas del
misterioso compañero que había dado la charla inicial a quien suponíamos
del comando de Columna o de la Dirección Nacional y, sin mirar su
rostro, lo consulté al respecto.
-Hay que resistirse a la entrega y enfrentar la cana con las armas
–respondió-. La cárcel del pueblo no puede entregarse sin resistencia
–agregó enfáticamente.
-¿Y los prisioneros? –pregunté con cierto temor.
-Los chanchos no pueden ser entregados vivos –respondió ya molesto por
tanta insistencia…
… ante los prisioneros utilizábamos permanentemente una capucha que, por
razones obvias de seguridad, solo (sic) dejaba los ojos al descubierto…
Aquellos hombres no veían nunca la luz el sol durante sus meses o años
de encierro…
(Cabrera, 2015, Un ex tupamaro en el
trópico, Memorias, Montevideo, Uruguay,
Penguin Randon House Grupo Editorial, pp 87, 90-92).
“… “Como siempre, me sentí aliviado cuando
abandonando la Corniche (rambla) abierta, nos internamos por las estrechas y
atestadas calles laterales (Ciudad Vieja)… no le presté especial atención a
un gran furgón rojo -…- hasta que se separó de la orilla en el momento que
lo alcanzábamos. Había poco espacio como para que mi chófer (sic) se
desviara bruscamente, pero sí mucho tiempo para que el conductor del camión
advirtiera su error y retrocediera… a pesar de las señales de mi chófer
(sic) hundió implacablemente nuestro guardabarro delantero izquierdo… Hugo
abrió la puerta y se bajó para tomar datos.
Mientras se abría la puerta de la cabina y el conductor se bajaba de un
salto, un hombre joven se adelantó y golpeó a Hugo salvajemente en la
cabeza. Simultáneamente se produjo un violento tableteo de armas
automáticas…; uno de los principales componentes provenía de una metralleta
escondida en una cesta de frutas que llevaba un espectador aparentemente
inofensivo…”.
Así cuenta el embajador británico Jackson, en su libro Secuestrado por el
pueblo, el momento concreto de su captura por el Comando Roberto Rohn del
MLN”.
(Fernández Huidobro, La tregua armada,
Montevideo, Uruguay, TAE Editorial, p 77).
“El 5 de enero estaban prontos los secuestros
de los embajadores inglés, francés y argentino. El golpe iba a ser decisivo,
y si bien la situación había cambiado con relación a la que se dio cuando se
secuestró a Días Gomide, Mitrione y Fly -las elecciones le creaba un respiro
al gobierno- … Pero el secuestro falló en el caso de los embajadores
argentino y francés, y sólo se capturó a Geoffrey Jackson,…,. Pero el
secuestro de Jackson se encabalga con los de Frick Davis y Pereira Reverbel,
y también el del fiscal Berro Oribe, cuando se pone en marcha el plan de
“Justicia Revolucionaria”.”.
(Pérez, 2013, Autobiografía de Amodio Pérez,
Montevideo, Uruguay, Editorial Arca, p 59).
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