“En la calle José L.
Terra casi Luis Alberto de Herrera, cerquita de la quinta
del caudillo, teníamos un local que durante 1965 y 1966 fue
base de operaciones central de los tupamaros. “Se dan clases
de francés e inglés” decía un cartel en su puerta y,
efectivamente, durante el día dábamos cursos de idioma para
reforzar la cobertura que justificara luego, el ingreso y
salida de gente joven…
La pieza del frente, un salón de clases, servía para las
reuniones numerosas, pero fundamentalmente para los cursos
de armas, explosivos, seguridad, historia, economía, etc.,…
En el gran altillo funcionaba nuestro primer laboratorio de
explosivos… En un pequeño sótano guardábamos dinamita…
Ordenados en depósitos, aquí y allá, diversos implementos
para las más diversas tareas: máscaras de gas, picos, palas,
linternas, faroles…
También en la calle José L. Terra, pero sobre la calle
Garibaldi, teníamos el taller central que muy pocos
conocían. Era llamado en la jerga interna “el club”…”.
(Fernández Huidobro, 1994, Historia de los Tupamaros.
Tomo 3: el MLN, TAE Editorial, Montevideo, Uruguay, pp
14-15).
“Esa noche, o la
siguiente, no importa, los compañeros salieron de nuestra
base en la calle José L: Terra a poner en el zaguán de la
casa de Aguerrondo y en el de la de Ballestrino, bombas…”.
(Fernández
Huidobro, 1994, Historia de los Tupamaros. Tomo 3: el MLN,
TAE Editorial, Montevideo, Uruguay, p 33). |