“… El tema de la
cárcel lo abordó Wassen. Según él, tenían ubicada la zona en
que se encontraba y su caída era cuestión de tiempo. Aportó
otros datos que Wolf confirmó como verdaderos, acerca del
vehículo que se usaba por parte de la familia encargada de
la cobertura, un (sic) Indio rojo. Recordó la disposición
interna de ejecutar a los secuestrados en caso de producirse
la caída…
“En la casa hay dos botijas”, dijo Wolf…
… Cuando la operación se puso en marcha, ya entrada la
noche, con Cristi al mando, este (sic) decidió que el
negociador fuera yo, y el papel de Wassen quedó reducido a
señalar el local…”.
(Marius,
2015, Palabra de Amodio. La otra historia de los
Tupamaros, Montevideo, Uruguay, Ediciones de la Plaza, p
124).
“El 27 de mayo, las
Fuerzas Conjuntas acompañadas por Amodio llegaron a la casa
de altas puertas y garaje a la vereda, ubicada en Juan
Paullier 1190, casi Charrúa. Hasta allí también fue llevado
Nepo: pensó que su presencia junto a la de Amodio podía
evitar que sus compañeros, los que custodiaban a los
cautivos, cumplieran con la orden que el MLN había dispuesto
para casos de allanamiento de una cárcel del pueblo: “matar
a los secuestrados”…
Wasen decidió dar la cara. Golpeó y le abrieron, mientras
Amodio esperaba en la vereda…
Bajó hasta el berretín donde estaban los secuestrados. Y
luego de un buen rato convenció a los tres tupamaros que
vigilaban a los prisioneros de que lo mejor era entregarse…
La “cárcel del pueblo” cayó: Pereira Reverbel y Frick Davies
salieron con vida”.
(Pernas,
2013, Comandante Facundo. El revolucionario Pepe Mujica,
Prisa Ediciones, pp 541-542). |